Concepcion del Oro - Blog

Concepción del Oro

Aún emocionado avanzamos unos 200 mts. Cuando nos encontramos una familia como de doce caballos salvajes con todo y crías,con sus melenas alargadas por no ser cepilladas por nadie y en perfecta armonía con su medio ambiente y en completa libertad, por momentos los envidié, pero luego el sentimiento de libertad también a mi me embriagó y comencé a reír disimuladamente mientras ellos se alejaban…

El paisaje, como de otro mundo me llenaba las pupilas tanto que olvidaba parpadear, es tanta la admiración que una simple formación de rocas atraía toda mi atención, pero el viaje fácil se acabó, si señores, estoy hablando del ascenso puro, teníamos que ascender por el costado oeste del cerro pues ahí existía camino ó por el precipicio por el costado este, fue cuando el miedo me invadió y decidimos tomar el camino fácil pero largo y aún así era puro ascenso, es difícil describir la falta de aire y el esfuerzo pulmonar que se realiza, no te deja ya ni charlar sobre el paisaje, lo único que ves detrás de ti es la pendiente que coquetea contigo. Es cuando empiezas a avanzar y a detenerte a cada rato así continuamos hasta abandonar por fin el lado oeste del cerro donde llegamos a un lugar que mi compañero Chilo Cepeda llamó Puerto Perico, que es una enorme formación rocosa muy inestable a simple vista que es visitada durante la emigración de estas aves, fue aquí donde descansamos y nos alimentamos, estábamos 20 metros debajo de nuestro destino y el viento haciendo su trabajo por lo cual evité acercarme mucho al desfiladero, no había marcha atrás eran tan solo veinte metros para llegar, pero esos veinte metros se vuelven un purgatorio pues la inclinación es de aproximadamente 80 grados y el ancho de la cresta es de tan solo metro y medio entre rocas filosas y sueltas, lechuguillas y cactus que te van cortando los tobillos y las pantorrillas y la fuerza del viento que te empuja hacia el desfiladero, es aquí cuando la adrenalina empieza a correr por tu cuerpo, ya no sientes el dolor y te aferras a la roca mas puntiaguda para no caer, no tienes tiempo de mirar hacia atrás ni hacia abajo, solo puedes observar la cima que ya esta próxima. Al fin llegamos no podía creerlo, la vista panorámica desde esa altura valía la pena todos los inconvenientes del viaje y aún con la adrenalina en mi sangre me atreví a acercarme a la orilla sin ningún miedo, es increíble, la paz y la tranquilidad que se siente ahí… tal vez por eso lo llaman el Cerro del Ángel, habíamos conquistado uno de los picos mas escarpados y altos que se alcanza a ver desde Concepción del Oro. Pero si el ascenso es difícil el descenso es doblemente mas duro, tan solo llevábamos la mitad del recorrido y nuestro objetivo principal se había cumplido pero lo mas difícil estaba por venir, no podíamos hacer un descenso de norte a sur por la cresta del cerro la fuerza del viento era demasiado y el camino muy estrecho y resbaladizo, así que mi guía decidió bajar en forma de “L” por el costado suroeste del cerro, donde nos encontramos con rocas del tamaño de una casa con pendientes de 70 grados de inclinación y sin otra opción mas que sujetarte de ramas de árboles secos lo cuál es muy peligroso, finalmente y después de un par de resbalones y una que otra cortadura logramos llegar a una depresión que une al cerro de la serpiente con el cerro del ángel y comenzamos a hacer nuestro descenso en zigzag hasta llegar a las huertas no sin antes pasar algunos sustos por la roca suelta y los pasos en falso que es casi imposible evitar debido a lo accidentado del terreno.

Tengo pensado volver a ese arroyo con las herramientas de gambusino para lavar la tierra y documentar el proceso de la obtención de oro a la manera tradicional (si es que tenemos suerte).

 

Conclusión: por momentos te sientes como en otro planeta, esa es una lección de vida que nos da la madre tierra, hay que respetarla y movernos con cautela para no alterar el delicado equilibro que existe en el semidesierto conoce y ama respeta el lugar donde naciste pues lo que le haces, te lo haces a ti mismo.

 

 Aqui nuestra Galeria de Imagenes